Es curioso cómo las historias ajenas resultan tan interesantes, hasta el punto de que nos enamoramos de un romance que no nos pertenece. Soñamos con que algún día nos pase algo así, que encontremos en nuestro interior sentimientos parecidos a los que ahora, por más de no querer admitirlo, envidiamos.
Es fácil sonreír, lo difícil es hacerlo sinceramente. Mirando a los ojos, sintiéndose en el alma como un niño pequeño. No es una ciencia amar, es entregarse puramente al arte. Poder disfrutar la pasión de un deseo que compendiosamente será cumplido.
Y sin embargo, cuando ese deseo tan anhelado llega a nosotros nos cuesta la vida misma reconocerlo. El ser humano es un misterio que intenta continuamente develarse a sí mismo, aún a sabiendas de que es uno de los errores más grande de todos. Hay cosas que es mejor mantener en silencio...
No hay comentarios:
Publicar un comentario