8 de julio de 2010

Nunca te arrepientas de algo que te hizo sonreír, que te ayudó a tener ganas de seguir, por muy triste que sea el final del cuento, piensa en lo bonito que fue el comienzo. Ríe con fuerza, pocos músculos, no puede costarte tanto tanto, esboza una sonrisa. ¿Ves? No era tan difícil? y es que tenemos la manía de hacer un mundo de cada problema, cuando basta con sacarles la lengua, y enseñarles una de esas sonrisas.

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